20 de septiembre de 2011

20 cuentos solidarios - Un cuento más

Un cuento diario, eso fue lo que me dijo el duende. Tengo que escribir un cuento por día, durante trescientos sesenta y cinco días para que se me cumplan tres deseos.
Ya sé. A mí también me resultó extraño, mientras caminaba esa mañana por las calles de mi barrio. Estaba llegando a una esquina, cuando escuché un chistido.
-Chsssss... Chsssssss...
Me di vuelta y no había nadie. Creí haberlo imaginado, pero justo en el momento en que iba a continuar mi camino, volví a escucharlo.
-Chssss... acá, abajo.
Miré al suelo. Era un duende, tal como los dibujan en las películas de Disney. Ropa verde, escasa estatura, zapatos tipo payaso, gorro puntiagudo y nariz filosa.
-Tengo algo que proponerte, me dijo.
-¿Qué?, le contesté de una manera tan natural que hasta el día de hoy me causa asombro.
-¿Querés que se te cumplan tres deseos?
-Sí, quién no lo querría.
-Bueno, consideralos cumplidos.
-¿Cómo? ¿Ya puedo empezar a pedirlos?
-Bueno, todavía no. Antes tenés que cumplir con una pequeña condición.
-¿Cuál?
-Tenés que escribir un cuento por día durante un año. Ninguno tiene que ser parecido a otro, ni siquiera en la cantidad de personajes.
-O sea, que el último tiene que tener trescientos sesenta y cinco personajes...
-El primero, el último o cualquiera. No hace falta seguir un orden.
-Es muy difícil.
-Bueno, tomalo o dejalo.
-Lo tomo.
-Entonces te espero dentro de un año en el mismo lugar.
El duende desapareció y desde entonces no hago más que escribir. Al principio era fácil, pero ahora los temas y los personajes se me están terminando. Sin embargo, vale la pena intentarlo.
Este es el cuento de hoy.

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